Los medios de comunicación no parecen comprometidos con ninguna responsabilidad moral y cristiana, por lo que las grandes compañías de medios de comunicación apuntan a complacer al público, incluso si el contenido de la programación no es la mejor. Complacer a la audiencia no siempre está haciendo lo que es correcto, pero agradable al público, los medios de obtener contratos grandes de patrocinio. Así que el dinero, la fama y el éxito falso, han llevado a nuestra generación a las cosas pecaminosas. (Comentario del escriba Valdemir Mota de Menezes)